Pese a que la nueva PlayStation 4 y la división de videojuegos en general funcionan perfectamente, para
Sony el resultado total de sus ventas depende de un cálculo mucho más global, es el contrapunto a ser una gran multinacional con cientos de líneas de productos a la venta.
Las previsiones de pérdidas han sido incrementadas por la propia compañía nipona, de 1,07 miles de millones de dólares ha pasado a 1,3; lo que supone un incremento de las pérdidas de 200 millones de dólares.
Sony ha tomado ya medidas drásticas, como deshacerse de su división de ordenadores personales, en una maniobra que sorprendió a propios y extraños. También han vendido sus participaciones en Square-Enix y sus instalaciones en Nueva York y Tokyo.
Pero aún así son tiempos difíciles, y tendrán que lidiar con unas pérdidas de gran calibre, tan grandes que de momento ni la división de videojuegos les puede salvar de un año en negativo, como ya ocurrió alguna vez en el pasado.