"Veremos lo que podemos hacer con Bully", dijo Dan Houser de Rockstar, refiriéndose al momento en el que terminen con Max Payne 3.
Según dijo, no sienten el "ímpetu" de realizar la secuela, pero será un tema que estudiarán. También aprovechó para explicar que en la compañía tienen estudios limitados, motivo por el cual los juegos tardan tanto en salir, motivo por el cual han tenido que pasar ocho años para una tercera parte de Max Payne tras su segunda parte.
Al mismo tiempo, ha asegurado que les gusta tomarse algo de tiempo tras cada juego antes de empezar una secuela, para así poder planearla bien y asegurarse de que no decepcione, viendo qué cosas han gustado y cuáles no para saber qué hacer en el próximo juego.