El ahora considerado uno de los mejores jugadores de golf de la historia deslumbró al mundo al ganar el Masters de Augusta en 1997, con tan solo 21 años, torneo que conseguiría hasta en tres ocasiones más, llegando a ganar 14 Majors -los cuatro torneos más importantes-, estando a tan solo cuatro del récord absoluto que sustenta Jack Nicklaus con 18. No solo revolucionó el mundo del golf en lo estrictamente deportivo, sino que en temas de marketing y publicidad se hizo el número uno, llegando en 2005 a ser el deportista mejor pagado del mundo. Por tanto EA tuvo buen ojo al hacerse rápidamente con sus servicios para la imagen de sus juegos, y es por primera vez, después de muchos años, cuando el nombre de tan mítico golfista no sale en la portada de la serie en su máximo esplendor.
En esta ocasión el protagonismo lo toma el Masters de Augusta, torneo conocido incluso por muchos españoles ajenos a este deporte, ya que en los 90 el español José María Olazabal llegó a enfundarse la chaqueta verde hasta en dos ocasiones, el mismo éxito que consiguió en los 80 Severiano Ballesteros. Por tanto entendemos la decisión de EA de darle el protagonismo a tan jugosa licencia, que cuenta con prestigio y reconocimiento, pero también entendemos a los que piensen que esta decisión viene propiciada por los escándalos extradeportivos del golfista, aunque seguramente la verdad esté en un punto intermedio entre estas dos teorías.
Como toda serie deportiva anual que se precie, las novedades entre entregas suelen ser pequeñas, pero el hecho de que este nuevo PGA Tour Golf tenga la licencia del Masters hace que se respire un ambiente distinto en todo el título, ya que se ha hecho un uso exhaustivo y acertado de tan prestigioso torneo, que afecta a cada poro del juego, desde el minuto uno en el que lo iniciamos en la consola. Se nos da la bienvenida con una épica y emotiva presentación del torneo, con una música capaz de emocionar al menos sensible, y se nos sitúa en la piel de Tiger a un solo hoyo de ganar la chaqueta verde, teniendo nuestro primer contacto con el control. Después de esta interesante introducción volvemos a la realidad, teniendo que crear a nuestro jugador empezando desde cero y con un único y último objeto: llegar a ganar el Masters de Augusta.
En un completo editor de personajes, como todo título deportivo de talla que se precie incluye últimamente, podemos crear a nuestro deportista, eligiendo todos y cada uno de sus aspectos físicos, aunque también podemos usar una herramienta de creación de personajes aleatorios, especialmente graciosa en su faceta "extreme", ya que elige aspectos físicos más exagerados creando criaturas de lo más diversas y divertidas. Una vez ya tengamos a nuestro golfista creado comenzaremos a jugar en el modo principal del juego, camino al Masters. Empezaremos competiendo en pequeño torneos y ganando experiencia con la que mejorar nuestros atributos, pero primero vamos a ver las novedades jugables en sí.
La primera y más llamativa es el caddie que nos acompaña, que aconseja qué palo elegir, nos da ideas de hacia dónde deberíamos golpear la pelota, aunque siempre podremos hacer caso omiso y lanzar donde queramos. También nos va dando diferentes consejos a lo largo del recorrido, añadiéndole un punto más de realismo y convirtiéndose ya en imprescindible para futuras entregas, pero todo esto en perfecto inglés -como el resto del juego-, además sin subtítulos, por lo que quienes no tengan al menos un nivel medio no se enterarán de casi nada. Comprendemos que un juego tan minoritario en un mercado como el español no se haya doblado al castellano, pero que sus complejos menús se encuentren también sin localizar, algo a lo que se está malacostumbrando a hacer EA, no nos parece nada bien la verdad, alejando aún más si cabe a muchos usuarios que quizás podrían estar interesados en probar un simulador de golf.
Respecto al control, en la versión para Xbox 360 solo podemos jugar con el mando, eligiendo entre el sistema de golpeo con los sticks analógicos o con la barra medidora de fuerza y precisión en la que tenemos que pulsar el botón, y que a lo mejor somos demasiado clásicos, pero que nos gusta más. En la versión de PlayStation 3 además de estas dos maneras podemos jugar también con Move, heredando el mismo sistema de las últimas versiones para Wii. El juego cuenta con un amplio abanico de ayudas configurables por lo que podemos ajustar al milímetro el grado de simulación, logrando satisfacer a cualquier tipo de jugador.
En el camino al Masters iremos progresando con nuestro personaje, mejorando sus atributos y compitiendo al principio en torneos locales para pasar después a otros de más importancia en el PGA Tour, hasta llegar a disputar la chaqueta verde. Los sponsors juegan un papel importante, ya que nos marcan unos objetivos que tenemos que ir cumpliendo para que nos premien, siendo una especie de logros internos que añaden un punto más de reto y diversión. Además es impresionante la cantidad de vestuario y accesorios que podemos llegar a desbloquear, todos de marcas reales relacionadas con el mundo del golf: pantalones, camisetas, zapatillas, calcetines, gorras, guantes, relojes, gafas, etc, llegando a poder personalizar a nuestro personaje en un grado extremo.
Y no solo encontramos este modo carrera o historia, ya que está plagado de diferentes modos de juego, tanto jugando solos, en compañía o por internet. Uno de los que más nos ha gustado es Masters Moments. En él tenemos que revivir momentos históricos del Masters de Augusta: en 1997 con Tiger Woods, 1978 con Gary Player, 1986 con Jack Nicklaus, 1958 Arnold Palmer, etcétera, teniendo que conseguir en un único hoyo hacer un birdie o un eagle, para poder conseguir medalla de plata o de oro respectivamente. Luego tenemos Tiger at the Masters, en el que podemos disfrutar de alguno de los Masters ganados por Tiger Woods, y The Presidents Cup, un campeonato que enfrenta a un equipo de los Estados Unidos contra otro internacional.
Echamos de menos en estas versiones en alta resolución el divertido modo mini-golf que sí incluye la versión de Wii, que podía haber estado aquí perfectamente, para tener un modo más desenfadado y de diversión directa, que hubiera satisfecho a cierta parte del público, y que parece no se ha querido incluir para no quitar al título ese aire de solemnidad que lo rodea. Eso sí, aquí los modos online son mucho mejores y más completos que en la versión de la consola de Nintendo, incluyendo el polémico pase online, así que ojo si pensáis haceros con él de segunda mano. Pero lo que nos parece menos comprensible y sí muy criticable es lo respectivo a los campos de golf. La versión para Wii incluye nueve campos más, que no son pocos, quedando la versiones de PS3 y X360 en 16, y lo que es peor, que si nos queremos hacer con el resto tendremos que pasar por caja, en un título que de por sí no es nada barato, existiendo ya más campos por DLC que los que incluye el propio juego, algo bastante cuestionable.
Técnicamente cumple, con una presentación muy elegante tanto en los menús, llenos de vídeos y referencias al popular torneo, como en las transiciones mientras estamos jugando. Nos gustaría un poquito más de fluidez al movernos por las opciones y antes de empezar a jugar, ya que los tiempos de carga en ocasiones son un tanto pesados. Los gráficos en sí lucen muy bien, unos modelados muy buenos tanto de los jugadores como de los caddies, aunque el público es un tanto simple, por no decir cutre. Hay detalles destacables, como el agua, pero en lo que se refiere a la naturaleza, desde los árboles, plantas, a la propia hierba que pisamos, nos parece todo un tanto carente de vida, ya que parece más que estemos pisando un tapiz o moqueta que verdadero césped. El sonido es correcto en todo momento, desde los comentarios hasta el bullicio del público con nuestras jugadas, y en los menús suenan unas relajantes y agradables melodías.
Tiger Woods PGA Tour 12: The Masters vuelve a ser, como cada año, el mejor simulador de golf disponible, aunque tampoco es que tenga mucha competencia, pero está claro que si le saliera un rival no lo tendría nada fácil ante un título tan completo. Además el haberse hecho con la licencia del Masters de Augusta no es solo publicidad, y se hace un uso muy completo de ella durante todo el juego, que cuenta con modos y posibilidades para tenernos enganchados durante meses.
Un imprescindible para los incondicionales de este deporte, pero creemos debería hacer algunas concesiones a los que simplemente simpatizan con el golf o sienten curiosidad por probar un título de estas características, ya que no esconde en ningún momento ser un simulador puro y duro, y no contiene tutoriales apropiados para el novato, ni modos más sencillos, algo que sí tiene la versión de Wii, y que a lo mejor muchos deberían tener en cuenta. Además, y esto ya no es culpa de sus desarrolladores, el hecho de estar completamente en inglés no ayuda para nada, siendo una barrera infranqueable para muchas personas, así como tener contenidos descargables de pago para dar y tomar, como si desde EA consideraran que al aficionado al golf le sobra el dinero. Respetamos esta decisión ya tan habitual en la industria, pero lo queremos dejar claro para que lo sepáis y lo tengáis en cuenta.
Puntuación: 80%
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