La llegada de Time Crisis a la alta definición no fue del todo satisfactoria, al menos en cuanto a ventas se refiere. El reto que supone ser el primer y único juego de PlayStation 3 que utiliza el periférico en forma de pistola -aumentando el precio del producto final para el consumidor-, la falta de innovación en cuanto a anteriores entregas y, por supuesto, la llegada de los nuevos métodos de control de movimiento ha hecho que la serie de Namco vaya por un camino distinto por el que vamos acostumbrados.
Time Crisis 4 no fue demasiado rentable para la desarrolladora -al menos en su versión doméstica-, sin embargo, en esta nueva entrega de la franquicia, nos dejaremos de pistolas de plástico y demás sucedáneos para dar paso al sistema de movimiento creado por Sony para sus usuarios: Move, creando un nuevo sistema de juego que, para bien o para mal, supone un cambio importante dentro de la serie.
Cabe destacar que la serie siempre ha sido un éxito en los salones recreativos, tanto dentro como fuera de España; el simple hecho de agarrar una pistola y comenzar a disparar a diestro y siniestro fue una de las actitudes más típicas hace ya más de una década en los salones recreativos, impresionando a más de uno por nuestra sangre fría al disparar -sabiendo en todo momento que podríamos morir en apenas varios segundos- y confiando en nuestro compañero en el caso de jugar con un amigo. Sin embargo, trasladar este concepto tan anclado a los salones recreativos a casa es, cuanto menos, difícil. No sólo por el tamaño de la pantalla de nuestro salón o habitación, que siempre será considerablemente más pequeña que la original, sino también por la calibración de la pistola, lo engorroso que resulta tener más cables por medio y lo aburrido que resulta jugar a un juego una y otra vez sin la posibilidad de lucirte delante de tus amigos.
Por suerte, las compañías no dudan ni un segundo en ofrecer a sus más fieles seguidores recompensas por comprar un videojuego pensado para las recreativas. En este caso, Time Crisis: Razing Storm viene acompañado de dos videojuegos más de la compañía -en su versión arcade-: Time Crisis 4 y Deadstorm Pirates; cada uno con sus propias cualidades y virtudes, pero mantienen la premisa de comenzar a disparar a diestro y siniestro mientras evitamos ser aniquilados por ejércitos enteros de enemigos. Además de estos dos modos arcade más, la compañía nos ofrece multitud de elementos online para competir con nuestros amigos -o enemigos- y la posibilidad de jugar a un modo en el que nosotros marcamos el camino a seguir que, lamentablemente, no ha sido aprovechado como es debido. Pero vamos por partes.
De todos es bien sabido que Time Crisis no necesita una narrativa demasiado trabajada para presentar a un héroe y un comando de enemigos a los que aniquilar. La historia nos llevará por diferentes localizaciones ficticias con la misión de capturar al señor de la guerra, que está haciendo estragos por toda Sudamérica. Nosotros y nuestro compañero nos pondremos manos a la obra, comenzando un frenético viaje que no durará más de una hora de juego, siempre y cuando no caigamos por el camino. Las situaciones no han cambiado demasiado con respecto a anteriores entregas, ya que nuestro objetivo seguirá siendo hacer frente a multitud de enemigos -ya sean humanos o máquinas de guerra- mientras intentamos no herir a los civiles que pasarán por medio del fuego en incontables ocasiones. Y aquí es donde comenzará, sin quererlo ni beberlo, una batalla entre los anclados al pasado y los jugadores que estrenarán el videojuego con Move.
Es evidente pensar que un control que ha sido pensado para la recreativa del barrio -japonés, todo sea dicho- no llegue a cuajar perfectamente en un sistema de control como Move, sobre todo si tenemos en mente los títulos que han aparecido del mismo género en la sobremesa de Nintendo. La realidad es completamente opuesta, ya que Time Crisis: Razing Storm funciona, tanto con el controlador de movimiento como con la pistola compatible con la marca. También es compatible con un DualShock, pero evidentemente jugar con este control se carga por completo la esencia de la franquicia.
Sin embargo, trasladar el concepto ha supuesto un pequeño detalle que puede no gustar entre los más aficionados al género: el puntero. Si hacemos memoria, en ninguna recreativa que se precie hemos visto puntero alguno, ya que la pistola calculaba el ángulo sin problema y lo llevaba a la gran pantalla, haciéndonos disparar en más de una ocasión para dar en el blanco.
En las versiones domésticas esto no es así, ya que tendremos presente un puntero constante que nos dirá exactamente dónde van a ir nuestras balas en todo momento. Sin duda, este elemento hará que los más anclados al pasado no quieran revivir la experiencia en su versión doméstica. Para todo aquel que supere este pequeño bache en el currículum de la compañía, cabe destacar que el control con Move funciona a la perfección, sin ningún tipo de tara que haga la experiencia de juego peor -o mejor- que en la recreativa. Estamos delante de dos conceptos similares, pero opuestos en práctica, por lo que las experiencias son diferentes.
En otro orden de cosas, la compañía ha propuesto al jugador un modo de juego similar al que aparecen en los juegos de acción en primera persona que pueblan las estanterías de nuestra tienda habitual de videojuegos. En este modo historia, tendremos la posibilidad de salir del control automático que nos lleva directamente por el camino hacia el jefe final para dar rienda suelta al jugador a la hora de controlar el personaje. Podremos movernos libremente por los escenarios, con tranquilidad, acercándonos a cada detalle para hacerlo propio.
La idea es buena, aunque el control y las situaciones fallan en cuanto a ritmo. Al estar delante de un videojuego "guiado", por así decirlo, los enemigos aparecerán como si de una coreografía se tratara, sin demasiadas variables y muy poca innovación. Si a eso le sumamos que el control con Move es más que insuficiente para crear una experiencia de juego óptima, nos encontramos con un modo de juego que en vez de invitar al usuario a jugar le invita a repetir una y otra vez el modo arcade, mucho más fiel y divertido al original.
El control con Move es bueno, como decíamos, en el modo arcade. En el modo libre lo único que convence es la mecánica del disparo, puesto que movernos por el escenario y girar la cámara (acercando el dispositivo al borde de la pantalla) es muy engorroso. Debemos tener en cuenta, además, que los enemigos saldrán de todas partes, y girar la cámara, apuntar y disparar en poco más de dos segundos con un control deficiente frustrará hasta al más seguidor de la serie. Una lástima, ya que la propuesta es buena, y sin duda alguna aumentaría las horas de juego; pero como decimos, es un modo que únicamente podrán jugar aquellos que disfruten con controles imposibles y un ritmo de juego... desesperante.
Eso sí, la inteligencia de los enemigos juega a nuestro favor, ya que los soldados que intentarán acabar con nuestra vida apenas ofrecerán demasiada resistencia, exponiéndose al fuego nada más aparecer en pantalla -salvo en contadas excepciones-. Además de dichos modos, también tendremos la posibilidad de jugar al modo centinela, en el que desde una posición segura tendremos que ir acabando con los enemigos que aparecen en pantalla hasta que termine la ronda. No es demasiado satisfactorio jugar a esta modalidad en solitario, ya que la gracia del asunto es quitarle los enemigos a nuestro rival. Y ya, por último, nos encontramos con los modos competitivos online, en los que podremos dar rienda suelta a la frustración máxima en partidas todos contra todos, capturar la bandera, etcétera; todo, por supuesto, con el control libre.
En cuanto a técnica se refiere, Time Crisis: Razing Storm hace gala de un apartado gráfico más que convincente, aunque no demasiado innovador o característico. Nos encontramos con un título que visualmente ofrece los gráficos en alta definición que están tan de moda, con un uso de las físicas que no aporta nada nuevo al género y unos detalles que, sin ser lo mejor, contentarán a más de uno.
En este aspecto podemos decir que hay una de cal y otra de arena, ya que los entornos son muy destruibles, lo que da una sensación de realidad más que convincente... mientras que en la otra cara nos encontramos con que los enemigos son todos básicamente iguales, misma apariencia, mismas animaciones e incluso mismas tácticas, una y otra vez. No ocurriría nada si el videojuego estuviese pensado únicamente para jugarlo en su modalidad guiada, pero al salirnos de la norma con el control libre los defectos salen a flote a los pocos minutos de juego.
En definitiva, Time Crisis: Razing Storm es uno de esos videojuegos de los que se puede disfrutar un par de tardes con tus amigos, pero que no presenta demasiada profundidad como obra completa. El modo arcade de la última entrega y la inclusión de Time Crisis 4 y Deadstorm Pirates es un añadido a tener en cuenta, pero básicamente son ports trasladados directamente de la recreativa, sin ningún añadido interesante. Está claro que los primeros minutos de juego supondrá un subidón de adrenalina para más de uno, ya que el ritmo incesante del modo estrella de la obra queda intacto para su actual disfrute, sin embargo, si pretendemos profundizar en los modos de juego que ofrece el producto final... comenzaremos a ver más cosas negativas que positivas. Una verdadera lástima.
Puntuacion 88%
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