Square Enix ha ofrecido las conclusiones de su investigación tras la intrusión en su sistema durante la semana anterior, que provocó que se cesase el servicio.
La compañía ha determinado que no hubo acceso a la base de datos que contenía la información de los usuarios, por lo que no se filtraron nombres y direcciones de las cuentas. Los números de tarjetas bancarios no estaban en peligro, ya que no se guardaba esa información.
En las primeras investigaciones, Square Enix estimaba que el ataque podría haber afectado a 1.8 millones de usuarios, en los territorios japonés y norteamericano.
El servicio Square Enix Members se recuperará a finales de año.